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Esta antología rescata ocho cuentos relevantes de la contracultura gay española de los años setenta, que nacieron con la intencionalidad clara -como mucho de lo que hacía su autor, Alberto Cardín- de subvertir valores, cuestionarlos y colocar lo marginal en el centro. La ciudad de Barcelona, aquella ciudad libertaria anterior al sida y a la movida madrileña, es la protagonista de algunos de los relatos, que constituyen una verdadera guía mágica de su ambiente, a la vez que un desenfadado estudio sociológico del mundo canalla y promiscuo de la ciudad en aquellos años, poblado por locas, chulos y travestis. Otros cuentos llevan al lector a tierras lejanas -México, Marruecos, Turquía, África Subsahariana-, reflejo del interés del escritor asturiano por las homosexualidades exóticas y las relaciones entre varones procedentes de etnias, ámbitos sociales y culturas diferentes.Pero todos rezuman un sentido del humor lúcido e incisivo, y se desarrollan bajo una mirada paródica, corrosiva, irreverente y divertida, que ensalza lo marginal y se ríe, sin misericordia, de muchos arquetipos y modelos culturales y políticos, que, tras la muerte del dictador, estuvieron vigentes durante la transición española.Como el lector comprobará, estos textos procaces, de amenísima y divertida lectura, nos permiten constatar, también, la amplia cultura que poseía su autor, que los sembró de referencias cinéfilas, etnológicas y camp que los convierten en una biblioteca de lo diletante, lo bizarro y lo marginal, pero también de erudición.Con esta edición, Amistades Particulares recupera y rinde homenaje a una de las voces más insólitas e inteligentes de nuestra historia reciente.Alberto Cardín (19481992) fue uno de los intelectuales españoles más singulares y heterodoxos de los años setenta y ochenta del siglo pasado. Ajeno a los convencionalismos y considerado como el primer intelectual gay español, fue escritor, poeta, traductor, antropólogo, editor y pionero en los estudios sobre disidencia sexual, además de un brillante y temible polemista. Participó en las publicaciones más significativas de finales de los setenta y el comienzo de los ochenta: El Viejo Topo, Ajoblanco, La Bañera o la personalísima revista Diwan (que codirigió), y en diarios como El País y Diario 16, entre otros. En 1982 creó y dirigió la colección El Rey de Bastos, dentro de la editorial Laertes, dedicada en exclusividad a publicar obras de temática homosexual, dando lugar a la primera colección de este tipo que existió en lengua española. Murió de sida a los cuarenta y cuatro años, una enfermedad a la que consagró muchos de los escritos de sus últimos años.
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